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01/10/21

El Colegio de Arquitectos recorre puntos emblemáticos de Alicante y Elche con 1.300 alumnos de 26 centros, una experiencia que «nos ha enseñado a mirar de otra forma los edificios».

Desde que era muy pequeña, pensaba en ser arquitecta. Le gustan los edificios y también viajar. Ahora, dice, «me he dado cuenta de que es lo que quiero hacer, que es lo que me gustaría hacer en mi vida y no me aburriría ». Candela Vives tiene 17 años y es una de las alumnas de segundo de Bachillerato del colegio Maristas que ayer participó en la I Jornada Urban Sketch Junior, organizada por el Colegio de Arquitectos de Alicante.

Pero no todos quieren dedicar su vida a la arquitectura. Tampoco hace falta. Más de 1.300 alumnos de 26 centros educativos de Alicante y Elche se lanzaron a la calle para mirar y dibujar algunos de los edificios y espacios emblemáticos de su ciudad. Los ven pero no los miran. Para cambiar esto, cerca de una treinta de arquitectos acompañaron a estos grupos de diferentes edades. Hablaron de los edificios, de su historia, de lo que suponen para la ciudad, de su función, de quién los habita,
para estimular su interés por el conocimiento.

«Se trata de que conozcan un poco mejor la ciudad en la que viven y que sean conscientes de que es el resultado del trabajo de mucha gente», asegura el arquitecto Ángel Allepuz que acompañó al grupo de Maristas en la Plaza Gabriel Miró. «La arquitectura es una profesión que apenas tiene contacto con los ciudadanos y se trata de que vean que el arquitecto no solo construye sino que debe cuidar lo construido».

Elena Beltrán, que cursa Bachillerato tecnológico, mira la arquitectura como una posibilidad mientras dibuja uno de los edificios de la plaza. «He sentido que he visto este espacio de otra manera y me ha interesado mucho más la arquitectura».
No es la profesión de sus sueños, pero Vicente Benavent, también de este grupo, considera la experiencia «muy interesante por la manera que tienen de ver las ciudades; me ha interesado mucho cómo la luz juega con los edificios porque hace que el edificio cambie». Además, «te das cuenta de que todo tiene un significado, todo tiene un sentido».

Reflexionar y estimular
Un año menores son los estudiantes del colegio Jesús María que «ocuparon» la Plaza Balmis de Alicante. «No se trata de que estudien o no arquitectura sino de que reflexionen sobre cómo son las ciudades y cómo mejorarlas», apunta Ignacio López Torres, uno de los tres arquitectos que acompañan al grupo. «Se trata de fomentar la crítica y ver qué cambios podemos hacer porque al final es de todos». Estimular la creatividad y que «dibujen con total libertad» ha sido el objetivo de su planteamiento. «La ciudad está llena de historia y no hay que perderla».
Patricia Cots no tiene «ni idea» de lo que quiere estudiar, «pero me interesa, me ha parecido interesante dibujar al aire libre y conocer un poco la historia de la ciudad».

Más pequeños fueron los alumnos de Josefinas que se desplazaron hasta los jardines de la Diputación, con la arquitecta Esperanza Egea. Allí, el presidente del Colegio de Arquitectos, Emilio Vicedo, estuvo pintando con ellos. En Casa Mediterráneo fueron Alfonso Pastor y Alejandro Ybarra los que acompañaron a los niños del CP El Palmeral. Del colegio Altozano, las alumnas dibujaron desde la Explanada edificios de la Rambla, bajo la mirada de Carlos Pérez Carramiñana
y Miguel Salvador Landamann.

En Elche, el Palacio de Altamira, el convento de La Merced, las Chimeneas, la Calahorra, el puente del Ferrocarril, la plaza mayor del Raval, el Mercado Central, la ladera del río y hasta el estadio Martínez Valero fueron alguno los escenarios que se convirtieron en el lugar de inspiración para cientos de escolares de la ciudad. La Plaza de Baix también fue uno
de los emplazamientos elegidos y allí se dieron cita alumnos del colegio Jesuitinas, bajo la mirada atenta de los arquitectos Diego Castaños y Pedro Ródenas que hablaron de ese espacio y de su historia.

Los pequeños disfrutaron también de una mañana creativa muy diferente tratando de reproducir fielmente los monumentos o paisajes que tenían enfrente y dieron rienda suelta a sus dotes de dibujantes con los consejos y directrices de los arquitectos que les han acompañado. Algunos apostaron por el color y otros por el blanco y negro. Y sobre todo tuvieron la libertad de plasmar el espacio urbano tal y como lo veían sus ojos, sin correcciones por parte de los profesores.
Los trabajos realizados por los estudiantes se recopilarán en la web del Colegio de Arquitectos de Alicante, ya que el dibujo es una herramienta fundamental para los arquitectos pero también un instrumento educativo muy importante para el desarrollo de la sensibilidad. Este conjunto será también el inicio de una colección que se espera aumentar cuando
el próximo año, tal como está previsto por los organizadores, se celebre la segunda edición de este encuentro.

Noticia extraída del periódico El información.

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